HORMIGAS EN LA LENGUA

Sudaquia Editores Nueva York, EUA 2015

 

Expuesta como un collage literario compuesto por cartas, poemas, narraciones quebradas y anécdotas familiares, Hormigas en la lengua se adentra en los juegos, las heridas, las cavilaciones, los placeres y temores de la infancia. La particularidad de este retrato se encuentra en la decisión narrativa por la que ha optado Yau: relatar desde lo gastronómico. Desde y a través de la comida se dibujan, con pluma ágil, graciosa y sin adornos, las transformaciones de cada uno de sus personajes.  

RESEÑAS:

Los Lenguajes Gastronómicos de Lena Yau en Hormigas en la lengua

Juan Carlos Méndez Guédez
 

Hay un doble gesto en esta novela que logra atraparme: una inmediata seducción que viaja en sus palabras, en sus ritmos interiores, en su manera de musicalizar la ficción con una prosa llena de respiraciones cortas, y luego el quiebre inicial con que logra derribarme, destruir mis reconocibles expectativas. Abro el libro y ya el prejuicio me conduce: novela culinaria, mujer, celebración, espacio propio, Esquivel/ Allende, reiteración de una literatura donde al final no sucede ni la complejidad de la mujer ni la complejidad de lo culinario. Pero en pocas páginas este libro me transforma en un ser de palabras, un mareo que navega feliz, asustado y perplejo…

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Hormigas en la lengua

Alberto Hernández • Lunes 26 de octubre de 2015 Letralia
 

En este libro hay mucha invención, poca revelación. Hay experiencias. Hay instantes. Hay voces que acaparan las páginas. Propias y ajenas. Pérdidas y encuentros. Páginas que hablan e intercambian tonos. Es una agenda donde caben muchas historias. Entonces es un libro de historias fragmentadas. De tendencias y tentaciones. Quien lo lee hace un largo recorrido por versos que se reproducen y por una prosa que se mueve y se hace detención, que se estaciona en medio de un diálogo, en la intemporalidad de dos o más sujetos que recorren un largo trecho.

“Para comenzar tuve que encontrar mi nombre”, dice la voz que luego se hace muchas voces en un coro polifónico.

 

Es la vida de un grupo de imágenes, porque los personajes, sus voces, son recurrentes. Son personajes que se asoman. Se miran con la emergencia de un tiempo que logra estancarse en quien viaja por todo el libro, desde el comienzo hasta el final.

(leer la reseña completa en Letralia)